El siguiente documento que os va a ser mostrado es la prueba de que, todavía, en nuestra sociedad, hay gente más felíz que una perdíz. Gente a la que no le importa ser observado por otras personas o que incluso, les encanta ser el centro de atención.
El individuo que aparece en el video es conocido por todos en Campello (Alicante). Hay leyendas urbanas (no tan leyendas) que hablan de cosas realmente asquerosas y poco responsables, cívicamente hablando, que este señor ha llevado a cabo,,, pero prefiero no hablar de esos actos de gente con poca vergüenza y dejaros un video en el que rebosa alegría y buen humor, puediendo así sentir hasta cariño por este hombretón.
Ahora que ya habéis terminado, sólo decir que he puesto ésto para compensar el rollo de la entrada anterior (la cual sé que nadie ha leído). Si me equivoco y alguien sí le ha prestado atención y leído en su totalidad o al menos gran parte de ella será digno de ser amado/a. Yo almenos lo/la amaré.
Documentos de la rrrrred.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Publicado por María Dolores en 18:06 0 valientes
Elizabeth Bathory
Más conocida como La Condesa Sangrienta, debido a los macabros y depravados crimenes que cometió, Elizabeth Bathory fue una aristócrata húngara perteneciente a una de las más ilustres familias de Europa. De hecho, de esta misma familia, también fueron Esteban y Sigmund Bathory que ocuparon los tronos de Polonia y Transilvania, respectivamente, además de varios dignatarios de la Iglesia y ministros de Hungría.
Popularmente, se cree que mataba a sus jóvenes doncellas para bañarse en su sangre porque creía que así se mantendría joven y bella. Se dice que llegó a asesinar a 650 personas para este propósito. Actualmente, y después de las investigaciones llevadas a cabo, no se sabe a ciencia cierta si esto es verdad o no, aunque sí se puede asegurar que cometió una gran cantidad de crímenes de extrema crueldad.
La historia de Elizabeth comienza en 1560, fecha en la que vino al mundo en el seno de una de las más importantes familias de Hungría. Su castillo se encontraba en Cachtice, ciudad situada en Eslovaquia.También paso parte de su vida en Viena, donde tenía una mansión cerca del palacio real en el centro de la ciudad. Allí se hizo construir una jaula de hierro dentro de la cual torturaba a las jóvenes doncellas.
Gran parte de los investigadores achacan los malvados instintos de esta condesa a la degeneración genética a la que habían llegado los miembros de esta familia debido a la endogamia, pues la única manera de mantener las posesiones era el matrimonio entre familias nobles húngaras. De hecho, Elizabeth era muy propensa a ataques de epilepsia, y entre los de su estirpe había numerosos antecedentes de prácticas de magia negra y satanismo; además, su hermano Stephen y su tía, ambos de marcada tendencia homosexual, fueron conocidos libertinos en su época, y, por si fuera poco, cabe citar el caso de su antepasada Clara Bathory, que, al decir de los cronistas, aparte de practicar todo tipo de enfermizas aberraciones sexuales envenenó a su marido.
Se conoce que tuvo una educación muy superior a la de los hombres y mujeres de su época. Era una mujer muy inteligente en total control de sus facultades mentales.
A los once años Elizabeth se prometio con Ferenc Nadasdy, el hijo de otra familia húngara de la aristocracia. Se fue a vivir con la familia de Ferenc, al sombrio castillo de Csejthe. Allí le gustaba jugar con los niños de los Nadasdy, pero pronto quedó embarazada de uno de ellos. Debido a este incidente a los 13 años se la tuvieron que llevar en secreto hasta un castillo donde tuvo al hijo que fue sacado del país. El muchacho fue castrado y echado a los perros. Dos años después se casó con Ferenc Nadasdy.
Ferenc, que poco despues sería conocido como El Caballero Negro por sus destacadas proezas como general en el campo de batalla, era tan cruel como su mujer. Estuvo la mayor parte de su matrimonio luchando contra los turcos y cuando volvía a casa disfrutaba torturando a los prisioneros. De hecho, enseñó varias técnicas de tortura a Elizabeth. Una de las técnicas preferidas de tortura de Elizabeth era introducir finas agujas debajo de las uñas de sus sirvientas, o simplemente clavarlas en su piel. También se decía que daba llaves o monedas al rojo vivo para quemar las manos de las doncellas, o que las tiraba a la nieve para después echarles agua fría hasta verlas morir congeladas.
Se cuenta que Ferenc enseñó a Elizabeth cómo mantener la discipina de sus doncellas. Sacaban a las chicas desnudas al exterior y recubrían sus cuerpos con miel. Las dejaban un día entero fuera, de manera que eran picadas por mosquitos, abejas y todo tipo de insectos.
El hecho de que Ferenc estuviera ausente gran parte del tiempo fue la causa de que ElizabethElizabeth vía libre para desarrollar sus propias perversiones sexuales. Según un registro del juicio celebrado en 1611, una vez prendió fuego al vello púbico de una de sus criadas. También le gustaba mucho que sus doncellas se desnudaran para ella. buscara refugio en numerosos amantes de ambos sexos de los que pronto se aburrió, de forma que, intetando buscar nuevos divertimentos, llamó a gran cantidad de brujos y alquimistas que la iniciaron en ciertas prácticas de brujería en las que se centró su vida a partir de entonces, especialmente cuando, a la muerte de su esposo en 1604, vio las puertas abiertas para entregarse a esta nueva pasión. Esto también dio a
De cómo comenzó a utilizar la sangre de las jóvenes para su "eterna juventud" hay distintas versiones, pero todas coinciden en que una de sus sirvientas fue, o bien abofeteada, o agarrada de la muñeca con tanta fuerza que su sangre cayó en la mano de Elizabeth y la condesa sintió que el trozo de piel donde había caído la sangre se veía más lozano. Empezó, entonces a tomar baños de sangre humana para mantener su belleza y su juventud eternamente. A partir de ese momento comenzó una orgía de asesinatos que se prolongó durante diez años, durante los cuales sus criados recorrieron la región a la caza de jóvenes vírgenes, cuando no era ella misma la que las atraía al castillo con el señuelo de ser empleadas como sirvientas. Allí, las aldeanas eran encerradas en las mazmorras del castillo, a la espera de ser degolladas para que su sangre llenara la bañera de la cruel condesa.
Una temporada que la condesa estuvo enferma en cama, mandó que le llevaran a una joven doncella para hecerle compañía. Cuando ésta llegó, se avalanzó sobre ella, la mordió en la mejilla, le arrancó un trozo de hombro con los dientes y le clavó los dientes en un pecho.
Llegó un momento que el guardar tal numero de cuerpos en el castillo se convirtió en un gran problema. Incluso, al principio se guardaron algunos cuerpos debajo de las camas. Sin embargo, el hedor era tan insoportable que algunos sirvientes llevaron los cuerpos a un campo cercano a la ciudad, con lo que empezaron a circular leyendas entre la gente de la existencia de vampiros los cuales eran la causa de los cuerpos llenos de sangre que se encontraban alrededor de la aldea.
Bathory poseía muchas más riquezas que el propio rey Matias II. Debido a ésto, en cuanto al rey le llegaron noticias de lo que en el castillo de la condesa estaba ocurriendo decidió actuar de inmediato, motivado por causas económicas. Poco después, el rey ordenó en Bratislava al conde Thurzo que investigara los hechos. Si pudieran encontrar a Bathory culpable de brujería, todas sus posesiones pasarían directamente al rey y, además, se anularía toda su deuda hacia ella.
Sin embargo, el conde Thurzo era un gran amigo de la familia Bathory y pudieron hacer un trato con él: habría un juicio conducido por Thurzo antes de que el rey pudiera actuar. BathoryBathory. no comparecería pero sus complices serían llevados a juicio. De esta manera las propiedades se quedarían en manos de la familia
El plan se llevo a cabo y los complices de la condesa fueron ejecutados de forma cruel. Se les arrancaron los dedos con tenazas al rojo vivo y después se les tiró vivos a la hoguera. En cuanto a Elizabeth, su condición nobiliaria le permitió escapar del verdugo, pero no salió indemne del proceso, pues como expiación de sus crímenes fue condenada a prisión perpetua y a ser emparedada en el castillo de Esei, con tan sólo una diminuta rendija por la que le daban comida y agua. Murió a los cincuenta y cuatro años, dentro de la cámara que llevaba siendo su tumba casi un lustro.
No tengo esperanza alguna de que leáis todo esto,,, pero por si acaso yo lo pongo porque me da la gana... Y ¡qué coño! También lo pongo porque me encanta la historia de la mujer esta.
Publicado por María Dolores en 12:21 9 valientes
Etiquetas: condesa sangrienta, Elizabeth Bathory, torturas