El domingo en Cuato Milenio hablaron de la combustión espontánea humana, tema que me encanta, así que os dejo aquí algo sobre él:
La combustión espontánea humana es el fenómeno por el cual una persona empieza a arder sin motivo aparente, de dentro hacia afuera.
Hay ciertas características que todos los casos de combustión espontánea humana tienen en común. Por ejemplo:
- Siempre ocurre en lugares cerrados, normalmente en la casa de la vítima.
- La vítima suele estar sola, por lo que no hay testigos presenciales del fenómeno en el momento en que sucede.
- El tronco queda totalmente reducido a cenizas, sin embargo, las extremidades suelen quedar intactas, incluso en casos en los que la víctima lleva medias o prendas que tienen más facilidad para arder que el cuerpo humano.
- Es más normal que le suceda a mujeres (generalmente obesas, pero no en todos los casos), dentro de una edad avanzada y, algunas, alcohólicas.
- El fuego suele afectar a los objetos que están cerca, aunque hay veces en las que ni siquiera se quema la ropa que lleva la víctima.
- Los restos que quedan en el suelo son una sustancia viscosa y maloliente.
Este fenómeno llama la atención y provoca terror en algunos, ya que un cuerpo humano, en condiciones normales, es difícil de quemar y más aún para reducirlo a cenizas. La razón es que las tres cuartas partes del peso de un cuerpo humano es agua, lo que hace difícil que se produzca las condiciones necesarias para que una persona en forma súbita empiece a arder y quedar reducida a cenizas. En los hornos crematorios, que son un buen referente para el caso que nos ocupa, se requieren temperaturas entre 760 y 1100 ºC durante ocho horas (dependiendo del peso y la talla del cadáver) para carbonizar un cuerpo dejando un remanente de huesos fragmentados, que deben ser tratados mecánicamente en un cremoledor para reducirlos completamente a cenizas. Tras este proceso, quedan entre 1800 y 3600 gramos de cenizas grisáceas, mientras que, curiosamente, las cenizas resultantes de una combustión humana son completamente blancas, lo que indica que la temperatura alcanzada es mucho mayor que la alcanzada en un crematorio.
Algunos casos de combustión espontánea humana:
Ocurrió en el condado de Kerry, en la República de Irlanda. El 24 de marzo, John O’Connor, de 76 años de edad, fue encontrado muerto en la sala de su casa en Gortaleen, cerca de Tralee, por la enfermera comunitaria que lo visitaba regularmente. Ella notificó a las autoridades locales, quienes encontraron los restos carbonizados en una silla colocada a cierta distancia de la chimenea. El cuerpo había sido severamente dañado por un fuego intenso y localizado; solo su cabeza, la parte superior del torso y sus pies permanecieron sin quemarse. Había pocos daños en la habitación y en los muebles.
El párroco de la localidad, Patrick McCarthey, quien asistió a la escena, dijo que le había parecido "como si alguien hubiera puesto petróleo en una lámpara". Tanto un teléfono como un aparato de alerta comunitaria se encontraban al alcance del cadáver, lo que sugiere o que el fuego lo envolvió con gran rapidez, o que O’Connor estaba ya muerto cuando éste se inició. Él había sido visto por última vez en la tarde del 23 de marzo.
El doctor J.Bentley, médico retirado, vivía en la planta baja de un edificio en Coudersport, Pennsylvania. En la mañana del 5 de diciembre de 1966, Don Gosnelí entró en el sótano del edificio para leer el contador del gas. En el sótano flotaba un humo azul claro de olor extraño. Gosnelí descubrió por casualidad, en un rincón, un montón de cenizas. Nadie había respondido a su saludo al entrar, de modo que decidió ir a echar un vistazo al anciano. En el dormitorio había el mismo humo extraño, pero ni rastro de Bentley. Gosnelí miró en el cuarto de baño y se enfrentó con una visión que no olvidará nunca.
El suelo estaba quemado y en él se abría un enorme hoyo por donde se veían las tuberías y vigas que había quedado al descubierto. Al borde del hoyo vio una pierna marrón, desde la rodilla hasta abajo, como la de un maniquí. ¡No miró más! Gosnelí huyó del edificio a toda prisa, y fue a dar parte de su macabro descubrimiento.
El 18 de Mayo de 1957, Anna Martin, de 68 años, fue encontrada en su casa de Philadelphia totalmente incinerada, pero dejando intactos sus zapatos y una porción de su torso. Los médicos forenses determinaron que las temperaturas debieron alcanzar los 2.000º C para causar ese daño en su cuerpo, pero increíblemente un periódico que estaba a treinta centímetros de distancia se encontraba en perfectas condiciones.
Un caso espectacular es el protagonizado en el sur de Londres, el 13 de Septiembre de 1967 por el bombero Jack Stacey, avisado para apagar un supuesto fuego en el interior de un edificio abandonado. Aparentemente, no había signos externos de fuego, pero al entrar, se encontró con el cuerpo de un mendigo, conocido como Robert Francis Bailey, tumbado sobre el costado izquierdo, y en posición fetal, como si intentara paliar un dolor de estómago.
Al acercarse, apreció una hendidura de unos doce centímetros en el abdomen de la víctima, de la que salían con fuerza unas llamas azuladas, a modo de soplete, que consiguió apagar con el agua de la manguera, aunque no consiguió salvar la vida del mendigo, que quedó inclinado en la escalera, con sus dientes hundidos en la madera de uno de los peldaños, hasta el punto en que tuvieron que utilizar una palanca para abrirle la mandíbula.
La ropa del mendigo estaba intacta, salvo la parte que cubría su abdomen. Jack Stacey no tiene ninguna duda de que el fuego se originó en el interior del cuerpo del mendigo.
Nunca se supo la causa real del fuego, a pesar de las investigaciones policiales. En el edificio abandonado no había gas ni electricidad, y tampoco se encontraron cerillas cerca, y, aunque el mendigo se hubiera quemado con un cigarrillo, no podía producir una llama tan espectacular.
Un caso relativamente reciente, considerado como un suceso presenciado por testigos, es el producido el 24 de Agosto de 1998 en Sydney (Australia). Jackie Parker recogió a su madre, Agnes Phillips, enferma de Alzheimer, de la residencia donde vivía. Mientras su madre dormía en el coche, aparcó para hacer unas compras. De repente vio salir humo del coche, y poco después una llamarada importante.
Un peatón le ayudó a sacar a Agnes del coche, y apreciaron graves quemaduras en el pecho, abdomen, brazos, piernas y cuello. Fue trasladada a un hospital, donde falleció una semana después. La Policía no consiguió determinar la causa del fuego, ya que el motor no estaba en marcha, y no había rastro de acelerantes. Ninguna de las dos mujeres eran fumadoras, y la temperatura máxima de aquel día fue de 16 grados.
6 valientes:
Te he agregado a mi blogroll <3
Hablando de cuarto milenio, mi primo Pablito quiere hacer quedad en su casa para ver cosas de cuarto milenio y tal, como lo de la iluminada de la algaida y eso.
A mi sinceramente, me da miedito xDDD
El fenomeno conocido como CHE es un fenómeno que se produce en su mayoria entre gente de alto abolengo o de la nobleza (el mendigo del que hablas procedia de una de las familias más importantes del país) y nunca entre malsanos, comunistas desocupados, hippis o punkis. El motivo es la retención desmedida de gases corporales que desemboca en tan curioso fenómeno, como ya fue sobradamente explicado en un episodio de South Park
Que miedaco.
A partir de ahora no estaré sola en mi habitacion, ni en mi casa, ni seré una mujer obesa de edad avanzada y alcoholica, por si acaso.
Soi, mola! Jojojo.
No vi dicho episodio, Pedrito, xD. La verdad es que venían dos explicaciones ciéntificas, pero pasaba de ponerlas xD
Jajaja, si ya, me he tragado muchos documentales y programas de cuarto milenio y similes que hablaban sobre el CHE, pero al final todo es lo mismo, hipótesis. Mi teoría radica en que es la mala folla que tienen algunos que de acumularse año tras año fermenta y forma un compuesto llamado fósforo blanco, que fácilmente arde a temperaturas 10 ó 15º por debajo de la T ambiente y que suele producir fuegos bastante localizados, alcanzando temperaturas capaces de fundir fácilmente metales.
Madre mia! voy a dejar el alcohol!
Que noooooo que os he engañao!
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